Críticas a Waiting Game, el nuevo disco de Junior Boys

Críticas a Waiting Game, el nuevo disco de Junior Boys

2022 ha sido el año de los comebacks, pero también de comebacks que no han sido los esperados, véase Rihanna. Como ella, chicos jóvenes no sacaban material nuevo desde 2016 y ‘Waiting Game’, su nuevo disco, no es exactamente el típico Jeremy Greenspan y Matt Didemus al que estamos acostumbrados. Es cierto que han ido cambiando de sonido disco a disco, pero la dirección artística de ‘Waiting Game’ probablemente les haya sorprendido incluso a ellos.

‘Waiting Game’ es otro disco fruto de la pandemia, ya que su grabación comienza a principios de 2020 y continúa durante el confinamiento, y presenta una línea mucho más ambient que trabajos anteriores. Tienes que recordar eso’gran abrigo negro‘, el anterior álbum de Junior Boys, es rítmico, ya que está inspirado en el techno de Detroit, pero en ‘Waiting Game’ poco queda de eso.

El disco nace de los largos paseos que da Greenspan durante la pandemia, también de su fascinación por la televisión lenta y el paisajismo acuático, así como de su admiración por el trabajo de músicos como John Hassell o John Martyn, a los que escucha por esos camina. Greenspan y Didemus comienzan a crear ‘Waiting Game’ juntos improvisando, pero Greenspan lo termina después de pasar medio año aprendiendo a usar las máquinas de cinta instaladas en su estudio. Ese mismo espacio le da a Greenspan la oportunidad de crear un álbum que envuelve el ambiente.

La intención de ‘Waiting Game’ es «dar un respiro al oyente» porque a Greenspan le gusta la idea «de que la gente lo ponga en una casa y exhale con alivio, incluso si ese alivio está teñido de tristeza». Esa tristeza emana de ‘Waiting Game’ porque el propio Greenspan pierde a su padre durante la pandemia, y si el disco da «un respiro» de algo, es de las estructuras pop que lo dominan todo. En ‘Waiting Game’ las composiciones son preciosas pero se evaporan casi al instante, como la hipnótica ‘Dum Audio’, marcada por la bella repetición de dos notas de sintetizador que parecen nubes suspendidas en el aire; e incluso pueden llegar a ser tan abstractos como ‘Fidget’, un ejercicio de música acusmática que luego se transforma en una composición de ambient jazz no muy diferente a la expuesta en el álbum por Puntos flotantes y lijadoras Pharoah… solo que, en este caso, la pieza deja menos impresión.

En ‘Waiting Game’ hay retazos del sonido de aquel dúo que tanto nos enamoró hace una década con su sonido pop retro y nostálgico de los 80 (que también encontramos en el disco debut de lanza jessy coproducida por Greenspan), pero son sólo eso, fragmentos. Los tonos de sintetizador elegantes y resplandecientes, nostálgicos como la Navidad de 1982, todavía están ahí y suenan genial; sin embargo, y como decimos, las canciones que se acercan a ser pop quedan en el aire. Es el caso de ‘Thinking of You Calms Me Down’, la típica reducción del funk y el R&B minimalista que tan buenos se nos dan los canadienses, de la seductora ‘Yes II’, o del tema titular, que cierra el disco en clave downtempo. , sin ser un single que seguiremos escuchando en los próximos años.

El single ‘Night Walks’ es más o menos adictivo, suena exactamente lo que promete su título, y su magia se revela realmente durante la noche, como el resto del disco. No está claro por qué la grabación termina tan abruptamente, pero la historia que cuenta, sobre un hombre al que solo se puede ver de noche porque ha decidido desaparecer, está bien traducida en una composición musical llena de misterio. Sin embargo, entre el zumbido del ‘Must Be All the Wrong Things’ inicial, que ya va adelantando lo que viene; las burbujas traviesas de ‘Samba on Sama’ y el hipo vocodificado de ‘It Never Occurred to Me’, que parece un experimento en Punto Oneohtrix Nunca bastante; el grueso de ‘Waiting Game’ no coincide con la solidez de Trabajos anteriores de Junior Boys que podemos considerar histórico. Sin embargo, como anticipo de lo que puede venir, también muestra que, en estos 6 años, los autores de ‘Por la mañana’ no han apagado del todo su llama.

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