Caída de la candidatura del PC a presidir la Cámara

Caída de la candidatura del PC a presidir la Cámara

La degradación de la diputada Karol Cariola (PC) como candidata a presidir la mesa de la Cámara de Diputados y Diputadas ha traído duros reproches de la parlamentaria, así como del presidente de la comunidad y otros de sus dirigentes. Entre otros puntos, han expresado su preocupación por lo que perciben como un veto al partido -también se ha mencionado un «anticomunismo»-, que busca bloquear la participación de sus militantes en distintas instancias.

La candidatura de Cariola comenzó a ser cuestionada cuando diputados del Partido del Pueblo (PDG) y de la Democracia Cristiana expresaron reservas sobre el cumplimiento del acuerdo administrativo que habían firmado con las fuerzas del oficialismo para distribuir la presidencia de la Cámara así como las comisiones. La DC lamentó mucho que el PC no se haya distanciado de la demanda presentada por la Comisión de Derechos Humanos de Chile contra el exdirector del INDH, miembro de Falange, acusándolo de encubrir violaciones de derechos humanos. Por su parte, los representantes del PDG han hecho sus propios intentos de conquistar más posiciones de poder en la Cámara, un aspecto que cuestionaron es que la candidatura de Cariola o algún otro representante de esa tienda ya no despertara el consenso que se requiere para ser elegido para el cargo.

Probablemente sea más cómodo para el PC optar por la explicación del “veto” para explicar su derrota, presentándolo como una especie de complot, pero en realidad, al examinar más de cerca el problema, lo ocurrido se enmarca dentro de la dinámica de negociaciones políticas, que responden a los escenarios que se van configurando en cada momento, a lo que se suma un déficit de gestión política del gobierno, donde han sido evidentes sus dificultades para articular grandes mayorías.

Es un hecho que el escenario político ha cambiado dramáticamente desde que se construyó dicho acuerdo administrativo. El amplio triunfo del Rechazo y la derrota sufrida por las fuerzas del oficialismo -que se identificaron sin reservas con el Apruebo- han sido un golpe que las fuerzas políticas no pueden ignorar. Cariola era una figura ampliamente identificada con el Apruebo, y la posición del PC ha sido continuar en la línea más dura de defensa del programa, sin hacerse cargo del nuevo escenario ni autocrítica alguna. Es comprensible desde este punto de vista que la conducta de la Sala en manos de dicho almacén no suscite especial adhesión, sirviendo de pretexto a algunos para abrirse a revisar la pertinencia del acuerdo administrativo; Tampoco debe sorprender que se haya perdido la confianza en la figura de Cariola como timonel de la Cámara. Es difícil, entonces, sostener que todo esto se explica por el «anticomunismo».

Por otro lado, las fuerzas del oficialismo no han ignorado el acuerdo -aunque llama la atención la cierta distancia con la que muchos vieron este episodio-, mientras que el Gobierno apostó por mantenerlo en pie, pero sin éxito. El Ejecutivo también debe reflexionar sobre las razones de este retroceso y sus propias limitaciones, que se verían amplificadas si cuando hoy se elija una nueva mesa en la Cámara, ésta termina en manos de Chile Vamos o de alguien ajeno al oficialismo.

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