El riesgo de contagio de COVID-19 por superficies es relativo
Nueva York. Las toallas mojadas escasean en los estantes de las tiendas y las empresas están endureciendo sus medidas sanitarias para tranquilizar a sus clientes. En Nueva York, el metro deja de circular por la noche para ser desinfectado.
Para evitar cualquier rastro del coronavirus Eso podría estar al acecho en las superficies, la gente limpia las cajas de la compra, usa guantes quirúrgicos cuando sale al exterior y deja los paquetes por correo fuera de la casa durante uno o dos días. Pero los expertos dicen que la obsesión por la limpieza provocada por la pandemia puede ser excesiva.
«Es importante limpiar las superficies, pero no obsesionarse tanto que se vuelva insalubre», dijo el doctor John Brooks, Director Médico de la Respuesta COVID-19 del Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
Los funcionarios de salud pública sabían menos sobre el virus en los primeros días de la pandemia, pero dicen que el medio principal de transmisión es claro: a través de gotitas respiratorias que la gente rocía cuando habla, tose, estornuda o canta. Por eso se destaca tanto la importancia de llevar máscara y respetar el distanciamiento social.
Eso no significa que las superficies no representen el menor riesgo, se recomienda limpiarlas, especialmente aquellas que se tocan con frecuencia, como pomos de puertas y botones de ascensores. También hay otros gérmenes que enferman a las personas, como los microbios gastrointestinales.
Pero con COVID, hay que mantener el riesgo en perspectiva, dicen los expertos: es un virus frágil que no sobrevive fuera del cuerpo por mucho tiempo. Los estudios iniciales de que podía permanecer en superficies durante días utilizaron cargas virales muy altas y se realizaron en condiciones de laboratorio, no en el mundo real. Algunas pruebas detectaron la presencia de restos del virus, no del virus vivo capaz de infectar a las personas.
El virus tampoco salta de las superficies para infectar a las personas, y el contagio requiere una sucesión de eventos: debe haber suficiente virus en la superficie tocada para pasar a las manos de la persona, que luego debe tocarse la boca, la nariz o los ojos.
Todo esto significa que la desinfección podría ser limitada, especialmente si las personas adquieren el hábito de lavarse bien las manos.
La parte difícil para los expertos en salud pública es decirle a la gente dónde está el límite, especialmente si la limpieza no perjudica a nadie.