El telescopio James Webb buscará planetas donde pueda haber vida – Ciencia – Vida
Solo conocemos un planeta Tierra, pero fuera de nuestro Sistema Solar hay innumerables estrellas que albergan exoplanetas, y eso telescopio James
Webb ayudará a escudriñar con sus poderosos instrumentos.
Es una de las principales misiones de este gigantesco aparato que ha necesitado tres décadas y cerca de 10 mil millones de dólares para construirse. Su lanzamiento está previsto para el 22 de diciembre.
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Desde el descubrimiento de ’51 Pegasi b ‘en 1995, los científicos han descubierto alrededor de 5.000 exoplanetas. Para que exista vida en uno de ellos, tal como lo conocemos, estos exoplanetas no deben estar ni demasiado cerca ni demasiado lejos de la estrella en la que orbitan.
Algunos de esos objetos espaciales son masas gaseosas gigantes, como Júpiter o Neptuno, otros son rocosos, como la Tierra. Todos están demasiado lejos para ser observados directamente y, además, los que más interés despiertan, los rocosos, son pequeños y difíciles de localizar.
Hasta ahora los astrónomos solo han conseguido detectarlos cuando pasan por delante de sus estrellas, ya que se producen variaciones de luminosidad. Con esa observación apenas han podido determinar su tamaño y densidad, pero los científicos no pueden averiguar su composición atmosférica, ni qué sucede en su superficie.
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‘Ver sus entrañas’
Esa es la tarea de Webb, quien desplegará una obra maestra de la tecnología astronómica: el Instrumento de infrarrojos medios (MIRI), equipado con una cámara y un espectrógrafo para detectar este tipo de emisión de luz invisible al ojo humano.
«Revolucionará la forma en que vemos las atmósferas de los planetas. ¡Vamos a poder ver sus entrañas!» Exclama Pierre-Oliver Lagage, de la agencia espacial francesa, que ha trabajado en MIRI.
Pierre Ferruit, otro científico del proyecto Webb y miembro de la Agencia Espacial Europea, explicó que el MIRI podrá analizar la estela infrarroja que deja la luz cuando se filtra por la atmósfera de un planeta, al pasar frente a su estrella. .
De esta forma, explicó Ferruit, los científicos podrán averiguar si esa atmósfera contiene moléculas como vapor de agua, monóxido de carbono o metano. Esas tres sustancias están presentes en la atmósfera de la Tierra y potencialmente podrían mostrar actividad biológica en la superficie del exoplaneta en cuestión.
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«Imaginar que hace veinte años apenas conocíamos exoplanetas, y que ahora podremos conocer la composición de sus atmósferas, eso es enorme», añadió Ferruit. «Mi sueño sería descubrir una atmósfera alrededor de un planeta rocoso en una zona habitable, con moléculas de agua», explica René Doyon, del Instituto de Investigación de Exoplanetas de Montreal, responsable de otro instrumento a bordo del Webb.
Pero ese camino es incierto. Los astrónomos creyeron recientemente que habían descubierto fosfano, un gas asociado con la actividad biológica, en Venus. Pero el análisis posterior mostró que esa pista era falsa.
Aunque el telescopio Webb podrá detectar moléculas biológicas, conocer su origen probablemente estará «fuera de su alcance», advierte Doyon. «Por ahora buscamos condiciones favorables para la vida, como la presencia de agua líquida», dice.
Para empezar, Webb ya está configurado para examinar el sistema planetario Trappist-1, a unos 40 años luz de la Tierra. Ese sistema tiene siete planetas, siete de ellos en una zona habitable, cerca de una estrella enana que no es excesivamente brillante.
Webb podría generar una nueva clasificación astronómica. «El descubrimiento de exoplanetas está lleno de sorpresas», advierte Doyon.
AFP