Más de 1.600 señales de radio fugaces generadas por una sola fuente se detectan en el espacio profundo en solo 47 días

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15 de octubre de 2021 11:55 GMT

Desde que se descubrieron en 2007, las ráfagas de radio rápidas (FRB) han fascinado e intrigado a la comunidad científica.

Un equipo internacional de científicos asegura haber detectado en tan solo 47 días 1.652 ráfagas de radio rápidas (FRB) procedente de una fuente aún no identificada en el espacio profundo, expuesta en un estudio publicado esta semana en la revista Nature.

Desde su descubrimiento en 2007 por el astrónomo Duncan Lorimer y su alumno David Narkevic, los FRB han fascinado e intrigado por la comunidad científica.Estos son potentes pulsos de radio de origen desconocido que duran aproximadamente unos milisegundos de media. Las fuentes, que se encuentran típicamente en galaxias a millones o miles de millones de años luz de distancia, generan ráfagas de radio rápidas capaces de descargar tanta energía como sea posible. cientos de millones de estrellas.

Los autores del reciente estudio obtuvieron los datos del análisis de la actividad de la fuente denominada FRB121102 a lo largo de 2019, y señalan que la cantidad de FRBs detectados en tan solo 47 días hace que FRB121102 ostenta el récord de fuente más activa de FRB jamás exhibida y registrada por los astrónomos de la Tierra.

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Por el momento, se desconoce la naturaleza de esta misteriosa fuente, ya que los científicos no han encontrado ningún signo de periodicidad en los FRB emitidos, lo que significa que probablemente no sea un objeto compacto giratorio, como un magnetar, una estrella muerta altamente magnética.

De hecho, otro grupo de astrónomos informó en septiembre de un evento similar en nuestra propia galaxia, una fuente de señales de radio que no siguen un patrón de tiempo específico, por lo que no pueden ser originadas por un magnetar (que sí presenta periodicidad en su actividad).

Esto sugiere que los FRB no son generados únicamente por magnetares u otros tipos de estrellas, sino que quizás se originan en otros objetos cósmicos.

«La falta de detección de cualquier periodicidad o cuasi-periodicidad plantea desafíos para los modelos que involucran un solo objeto compacto giratorio», explican los investigadores. “La alta tasa de explosión también implica que los FRB deben generarse con alta eficiencia radiativa, en detrimento de los mecanismos de emisión con altos requerimientos energéticos o condiciones de activación artificial”, añaden.

La duración, repetición y polarización de los diferentes FRBs también indican que las fuentes que los emiten están en ambientes muy diferente entre sí, por lo que, si bien el estudio actual proporciona nuevos datos y conocimientos, aún se necesitan muchas más observaciones e investigaciones para desentrañar el misterio de los FRB.

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